Un regalo especial que nos brinda la naturaleza
Inspirados por la belleza natural de nuestro entorno, este proyecto innovador está basado en los principios del aprovechamiento de los recursos naturales, teniendo un gran respeto por la naturaleza y la preservación de la flora y fauna.
Bajo un sol radiante, entre aguas de mar y de montaña, nuestra flor de sal es extraída de las tierras fértiles y aguas bondadosas en Colima, México, el lugar ideal para el nacimiento de una sal única y sin competencia.
Todos estos valores los trasladamos a una sal de excepcionales características y de mucha calidad, mismos que se enlazan con nuestros productos hoy en día. La cosecha es de forma artesanal y responsable con el compromiso de siempre estar por arriba de los parámetros de sostenibilidad en el medio ambiente.
Teniendo en cuenta los valores y las condiciones naturales, la flor de sal se convierte en el corazón de nuestros productos, siendo el símbolo rector de nuestras actividades dentro de la empresa.
¿Sabes cómo se produce la Flor de Sal?
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Su origen
La Flor de Sal proviene de lagunas de agua salada, y se obtiene mediante la evaporación solar.
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Recolección
La sal se cristaliza en la superficie del agua y se recoge manualmente con una pala especial, no pasa por ningún proceso industrial.
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Un proceso natural
Se deja secar al sol y al viento para obtener un producto puro, sin aditivos ni transformación, pero producción muy limitada.
Además, tiene beneficios para tu salud
La Flor de Sal es una variedad de sal marina que se cosecha de la capa superior de las salinas, y es muy apreciada por su textura crujiente y sabor delicado. A diferencia de la sal de mesa refinada, la Flor de Sal mantiene una gama más amplia de minerales y oligoelementos, como el magnesio, el potasio y el calcio, que son esenciales para el buen funcionamiento del organismo.
Consumirla con moderación puede aportar beneficios a la salud, como mejorar la hidratación celular y ayudar en la transmisión de impulsos nerviosos.
Debido a su sabor más intenso y rico, es posible que se necesite menos cantidad al cocinar o sazonar, lo que puede contribuir a una menor ingesta de sodio en la dieta.
